El día 24 de febrero se celebraba el juicio contra la empresa
SERUNION por el despido de Juan Carrasco, veterano activista de la izquierda y
delegado de CGT en la empresa. Un nutrido grupo de trabajadores y trabajadoras,
de sindicalistas y jóvenes, y representantes de organizaciones obreras de la
ciudad, acudimos a apoyarle desde primera hora y nos mantuvimos concentrados a
las puertas del juzgado. Cuando empezó el juicio, la sala se abarrotó.
Pero cuando llegó al momento de negar que el despido de Juan
Carrasco hubiera sido por motivos sindicales todo su discurso se volvió más
turbio y contradictorio aún. Según él, la empresa desconocía la actividad
sindical del compañero. Una afirmación totalmente infundada, puesto que es
público y notorio que el compañero es un militante activo de la izquierda
sindical y política de Málaga, además de tener en cuenta que el despido se dio
pocos días después de que la plantilla se negara a aceptar los ataques
“necesarios estructuralmente”, fruto de la discusión en una asamblea en la que
la argumentación de Juan para dar esa negativa fue determinante. Más difícil de
creer se hace aun cuando a reglón seguido, el abogado admitía que SERUNION
había sido condenada ya en 2009 por la justicia a readmitir e indemnizar al
compañero por represión sindical.
Todos presenciamos un discurso sin escrúpulos, de quien se
siente impune para hacer y deshacer en la vida de los trabajadores sin importarle
las consecuencias. Así llegó a reconocer de la misma forma tranquila que en
julio del año pasado SERUNION había contratado un detective privado para
perseguir a Juan fuera de la empresa, atreviéndose incluso a dar detalles de
ese seguimiento y de su vida privada durante la exposición. Además de la dudosa
legalidad del hecho y la inquietud que cualquier trabajador puede sentir al ser
vigilado de forma furtiva por la empresa para la que trabaja, el abogado tuvo
que reconocer la total normalidad de la vida de Juan durante el seguimiento.
Para los asistentes que habíamos ido a apoyar a Juan
Carrasco, todo esto ya nos daba la medida de la forma con la que SERUNION trata
a los trabajadores, aunque lo que pasó a continuación fue lo realmente grave.
El abogado de la Empresa remarcó que el despido de Juan y de otro trabajador
fue homologado por el Comité de Empresa dos meses después de las extinciones,
al firmar un acuerdo de Suspensión temporal de contratos. Fue el momento en el
que el juez paró en seco al representante de SERUNION. Resulta que la presidenta
del comité, afiliada a UGT, aparecía en la demanda como parte activa de la
represión sindical a Juan previo al despido, y posteriormente la empresa
hablaba de un presunto acuerdo de homologación del mismo. Además había
participado a favor de la empresa ya en 2008 como testigo contra el compañero
en el juicio donde SERUNION también perdió a pesar de su testimonio.
Allí estaba ella de nuevo en este juicio, fuera de la sala
esperando para ser llamada y dispuesta a testificar una vez más contra su compañero
de trabajo y a favor de SERUNION. El juez la hizo llamar en ese momento, sin
esperar al turno de su testimonio. Todo dio un giro inesperado. Por entenderla
como parte implicada en la posible vulneración de derechos fundamentales junto
a SERUNION, ella también debía ser demandada y ejercer su derecho a asistir al
juicio con su propio abogado. El juicio se suspendía en ese momento.
El escandaloso papel de la presidenta del comité de empresa y
su apoyo incondicional a SERUNION en todo el proceso es más grave aun si
se tiene en cuenta que pertenece al sindicato UGT. De hecho, muchos compañeros
de UGT han participado en la campaña de apoyo a la readmisión de Juan Carrasco
y algunos de ellos estaban presentes en la sala. Evidentemente esta persona
demuestra con sus actos que no ha defendido en ningún momento ni los intereses
de la plantilla, ni de los afiliados de UGT en la empresa, ni los principios
más básicos de ese sindicato. Es un despropósito que gente identificada
totalmente con los intereses de empresas como SERUNION utilicen las siglas de
un sindicato como UGT para intentar legitimar los ataques y laminar los
derechos de los trabajadores como está pasando en este caso. Por supuesto,
todos los compañeros de UGT que participan en esta campaña, están dispuestos
dar la batalla en su sindicato contra esta situación.
El juicio queda aplazado de momento, pero todo lo ocurrido
nos ha llenado de aún más razones para seguir exigiendo la readmisión
incondicional del compañero Juan.